La industria hotelera del Caribe mexicano se encuentra nuevamente frente a una encrucijada: sin promoción institucional adecuada, los esfuerzos por consolidar el destino pierden impacto. En una reciente reunión con la secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez, los hoteleros de la zona insistieron en recuperar un esquema público de promoción turística internacional, similar al que operaba antes de 2019. 

Desde su posición como presidente del Consejo Hotelero del Caribe Mexicano, expuse que “la promoción no es una opción; en un mundo tan competitivo, el no promocionarse equivale a desaparecer del mercado”. Y es que el reto no sólo está en ofrecer servicios o destinos atractivos, sino en hacerlos conocer en mercados estratégicos y mantener esa presencia de forma continua.

El Programa Sectorial de Turismo 2025‑2030 establece la meta de posicionar a México como potencia turística global. Pero alcanzar ese objetivo exige algo más: una estrategia nacional de promoción, moderna, innovadora y profesional. 

En ese sentido, para el Caribe mexicano —con sus playas, selvas, cenotes y cultura— la promoción internacional es una pieza clave para que los visitantes lleguen… y regresen.

Además, la coyuntura creada por el Mundial de la FIFA 2026 representa una ventana de oportunidad que no debe desaprovecharse. Pero para capitalizarla, es necesario que haya presupuesto público destinado a campañas, así como una visión articulada entre actores privados y públicos. 

En conclusión, el impulso del Caribe mexicano no puede depender únicamente de recursos privados o del atractivo natural. Si queremos que la región destaque en el mapa internacional del turismo, necesitamos combinar excelencia operativa con visibilidad global. Y esa visibilidad pasa por una promoción institucional robusta, constante y estratégica.

Fuente: El Economista